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Crítica: «Maneater», mordiscos de diversión

Resumen de la Crítica

Historia
Jugabilidad
Gráficos

Recomendable

Original y divertido. Evolucionar a un tiburón mientras masticas bañistas y recorres el mapa submarino es tan divertido como original.

Valoración de los Usuarios Be the first one !

A todos nos gustan esos juegos de mundo abierto, es sin duda uno de los géneros preferidos por los jugadores. Los hemos visto protagonizados por guerreros medievales, vaqueros, espías, mafiosos, soldados galácticos… pero nunca como en este juego que han creado los genios de Blindside Interactive y han lanzado para PC, PS4, Xbox One y Nintendo Switch.

En Maneater controlamos un tiburón desde su más tierna infancia de escualo y tenemos que llevarlo hasta su edad adulta, muy adulta, al tiempo que lo evolucionamos y lo volvemos agresivo y peligroso… para vencer a golpe de mandíbula cualquier amenaza que surque los mares e incluso sus orillas.

Como podéis ver, se trata de un sandbox inaudito primero por su protagonista y, segundo, por el mapeado donde se desarrolla. Si vale la pena o no dejarse arrastrar a las profundidades por Maneater lo vais a poder decidir vosotros cuando acabéis de leer los siguientes párrafos…

Argumento, Historia, Personajes…

La historia no tiene mucho, la verdad, pero sí lo suficiente. Un rencoroso cazador de tiburones se obsesiona con nosotros, el pequeño tiburón lamia, y decide dedicar su vida a darnos caza. Cual Moby Dick con colmillos). Tras perder a nuestra madre (como si fuera la versión escuala de Bambi) tenemos que buscarnos la vida y sobrevivir en una zona costera, llena de residuos, basura, bañistas y peligros varios. El mapa, quizá algo pequeño, se divide en varias zonas que se irán desbloqueando conforme avancemos en el juego. En él encontraremos puntos señalados que nos invitan a realizar misiones de todo tipo y, con ellas, ganaremos puntos y obtendremos componentes para mejorar a nuestro tiburón… pero también nos harán avanzar en el argumento.

El tono del juego es importante, porque se trata de pasarlo bien haciendo burradas tales como despedazar a mordiscos a una pareja que sale a pasear en barca o a unos turistas en patinete. El humor negro está presente y el juego no se toma nunca en serio, como no puede ser de otra manera.

El océano está plagado de peligros, en su superficie y en sus profundidades. Conforme vayamos devorando bañistas crecerá nuestra fama (infamia) y nuevos cazadores se incorporarán en nuestra busca y captura, cada vez más peligrosos y persistentes. La costa está plagada de barracudas, cocodrilos y otras lindezas que no dudarán en atacarnos a las primeras de cambio… menos mal que entre la fauna marina también encontramos inofensivos pececitos que nos sirven de aperitivo y, ya de paso, reponen nuestra energía.

En este apartado poco más hay que comentar, dado el carácter «no humano» de la mayoría de seres con los que interactúas. Bastaría concluir diciendo que el objetivo del juego es sobrevivir y hacer evolucionar a nuestro tiburón. Pasamos al siguiente apartado…

Estilo de juego, Jugabilidad…

Aquí empieza la diversión. Efectivamente se trata de un sandbox, un juego de mundo abierto o, mejor dicho, de mar abierto. Podemos nadar por la superficie, mostrando nuestra aleta y sembrando el terror entre los bañistas o sumergirnos a las profundidades. Recorriendo las distintas zonas encontraremos misiones a cumplir como puede ser comerse a un determinado número de personas, combatir con el ejemplar alfa de la zona o investigar lugares concretos. La cosa cambia con las misiones de la historia principal, ahí nos veremos obligados a combatir con los cazadores o abrir distintas zonas nuevas.

Con cada misión y con cada presa devorada obtenemos componentes y nutrientes que podemos emplear para comprar mejoras y evoluciones. Para ello tendremos que refugiarnos en nuestra cueva y pensar bien cómo y en qué vamos a gastar los recursos: ¿prefieres una mandíbula de hueso que refuerza el daño o una que electrifica a los enemigos? ¿Gastarás los recursos en un sonar que te indica lo que hay en los alrededores o potencias tu defensa y recuperación? Hay muchas posibilidades para personalizar a nuestro tiburón que, con cada nuevo nivel, irá creciendo pasando a ser adulto, anciano… y mucho más… hasta convertirse en una leyenda de los mares cuya sola mención aterrorizará a hombres y bestias.

Por supuesto los coleccionables están a la orden del día y destacan por el tono humorístico. Por ejemplo, tendremos que localizar matrículas abandonadas, tipos de basura o lugares característicos de cada zona. Esto último es muy divertido porque encontramos barcos de recreo hundidos (con sus cadáveres y todo) e incluso un pequeño cementerio submarino usado por la mafia del lugar. Solo dos ejemplos de las sorpresas que nos guarda Maneater.

Como buen sandbox podremos explorar con libertad, aunque al principio debemos concentrarnos en abrir las distintas zonas del mapa. La exploración submarina es muy gratificante visualmente, pero el control es un tanto duro al principio. Hay que tener en cuenta que en este juego nos movemos en más direcciones de lo habitual, es decir… podemos ir arriba y abajo. Se necesita un rato para acostumbrarse a esto y nos sentiremos más cómodos transitando por la superficie, pero tenemos que pillarle la maña a las inmersiones si queremos salir victoriosos en los combates con otras bestias.

Una vez que se domina se vuelve muy divertido y pelear a golpe de cola y mordisco con un cocodrilo es realmente emocionante. Los saltos acrobáticos de nuestro tiburón se combinan con embestidas aéreas que consiguen convertir nuestros ataques a los bañistas en todo un espectáculo. Otra cosa es pelear con los cazadores de tiburones, armados con todo tipo de artilugios y con una puntería demencial. Menos mal que contamos con un botón de finta para que no nos acierten la mayoría de disparos y arponazos.

Pero, ¿este juego es perfecto? Por supuesto que no. En el plano de la jugabilidad encuentra su mayor obstáculo. Primero porque es demasiado corto comparado con otros títulos, ya que en unas 15 horas se completa sin problemas. Segundo porque las misiones se vuelven repetitivas y solo cambia el enemigo, la zona donde se realiza o el motivo por el que se realiza. Pero no seamos demasiado duros, ya que la diversión está siempre presente y será raro que nos aburramos de morder y descuartizar a esos insolidarios que llenan la playa de basura cuando van por la noche a hacer una barbacoa a la orilla del mar.

Gráficos y Banda Sonora…

Los gráficos de Maneater son muy cumplidores. No están al nivel de un juego triple A pero tampoco le hace falta. Nuestro tiburón se mueve suave tanto en superficie como sumergido y la línea de visión es totalmente clara, además de mantener muchos elementos en pantalla y viajando por el mapa al mismo tiempo. Los personajes, sobre todo los no humanos, están muy bien definidos y las profundidades submarinas se han trabajado con mucho cuidado. Fauna y flora, distintos lugares, limpios o contaminados… conforme más nos acercamos a la costa veremos residuos (algunos muy peligrosos), restos de botellas, plásticos, etc. Y en las zonas más alejadas, al contrario, el mar será más limpio. El mar, el agua, está bien conseguido y presenta distintas texturas y transparencias dependiendo del grado de contaminación.

Los esfuerzos se han concentrado en nuestro tiburón y su aspecto. Muy cuidado y reconocible, da gusto comprobar visualmente su crecimiento, su evolución y sus mejoras. Además, disfrutamos de escenas generadas por el mismo motor del juego, que nos van contando el avance de la historia… en perfecto castellano.

Maneater tiene un doblaje magnífico. No solo los personajes humanos en sus conversaciones, sino la graciosa (y mucho) voz en off de un narrador que, poniendo voz de documental, nos narra con mucha gracia curiosidades relativas a los tiburones, la fauna marina y la vida de los habitantes de la costa. Un cachondeo que ameniza mucho el juego.

Impresiones finales…

Maneater es un sandbox original, divertido y extraño. Si el jugador supera los iniciales problemas de control llegará a sentirse absorbido por esta locura que parece un documental, o un reality, creado por la mente de un genio loco. Su aspecto visual, que aprueba con nota, apoyado por una localización perfecta en el doblaje, consigue terminar de atraparte y hacerte pasar horas de diversión… aunque no muchas. Si embargo, su ajustado precio compensa su escasa duración.

Controlar a un gran depredador como es este tiburón, ayudarle a crecer y mejorar, es una gran experiencia… en la que el humor no falta, para terminar de rematar un título al que vale mucho la pena darle una oportunidad. Y más ahora que se acerca el verano, porque podemos ponernos, por una vez, en la piel cartilaginosa del depredador… y zamparnos a los molestos bañistas con bermudas y todo.

Lo mejor

  • Lo original de su planteamiento
  • Mucho por descubrir y explorar
  • Divertido y cruel
  • ¡¡El precio!!

Lo peor

  • De gráficos cumple, sin más
  • El control del tiburón es algo lioso y cuesta controlarlo bajo el agua
  • Algunas misiones y coleccionables no animan a seguirlos

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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