Críticas de literatura

Reseña: «Las Crónicas de Narnia II: El León, la Bruja y el Armario», de C. S. Lewis

Resumen de la Crítica

Valoración

Valoración de los Usuarios 3.98 ( 12 votos)

“El León, la Bruja y el Armario” fue el primer libro de la saga escrito por C. S. Lewis, y también el más conocido. Aunque en el orden cronológico sea el segundo, después de “El Sobrino del Mago”, bien podría ser leído el primero debido a que cada libro de Las Crónicas de Narnia tiene una trama que, aunque comparte mundo y algún que otro personaje, no plantea la necesidad de saber más de lo narrado en el propio libro.

Este en concreto trata de las aventuras de los hermanos Pevensie: Peter, Susan, Edmund y Lucy. El estilo del libro es, como en el anterior, bastante infantil, pero la trama es más profunda e intrincada. Se tratan temas morales y subjetivos que, escondidos posiblemente a los ojos de los niños, resaltan a la vista a ojos más maduros.

Uno de los personajes más controvertidos es Edmund, que desde el principio no duda en mostrar, con acciones o simples pensamientos, que rebosa de egoísmo y celos. Especialmente odia a su hermano mayor, Peter, e inconscientemente trata de echarle la culpa de todas las desgracias que le ocurren.

Lucy, la más pequeña e inocente de los cuatro, es la que mantiene el mayor protagonismo al comienzo del libro. Es la primera en entrar en el mundo de Narnia por el armario y se hace amiga de un fauno llamado Tumnus, quien, pese a estar aterrorizado por los poderes de la Bruja Blanca, se niega a hacerle daño y le explica la situación actual de Narnia: la malhadada Bruja Blanca se ha autoproclamado reina y ha convertido en piedra a todo aquel que se ha interpuesto en su camino. Como muchos recordaréis, es la misma villana del primer libro pero, esta vez, han pasado mil años desde la creación de Narnia y la Bruja ha tenido mucho tiempo para sembrar su maldad.

Edmund, por su parte, entra sólo y es tentado por las llamadas “delicias turcas” de la Bruja para que traicione a sus hermanos y se convierta en rey. Carcomido por los celos y las ansias de conseguir más “delicias turcas”, Edmund acepta de buena gana. Con esta situación C. S. Lewis consigue con certeza avisar a los niños de que la consumición de drogas no es buena y provoca que hagas cosas malignas, algo que pocos libros infantiles había llegado a tratar hasta el momento. Engañándose a sí mismo, pues su corazón no es ruin, se obliga a creer que lo que Tumnus le dijo a Lucy sobre la Bruja era mentira.

Cuando vuelven los cuatro, descubren que Tumnus ha sido raptado por la Bruja por no haber atrapado a Lucy y deciden ir a ayudarle, pero por el camino se encuentran con el señor Castor, quien les advierte de que lo que decía Tumnus era verdad y que Aslan el León está volviendo por fin a Narnia y que deberían reunirse con él, pues existe una leyenda que dice que dos hijos de Adán y dos hijas de Eva (humanos) llegarían a Narnia y derrotarían a la Bruja Blanca, asentándose como reyes y reinas.

En este momento se produce el punto de inflexión de la obra, pues Edmund decide traicionar a sus hermanos de manera manifiesta y se escapa a reunirse con la Bruja Blanca para avisarle de todo lo que ha oído. La Bruja lo lleva como un vulgar prisionero, rompiendo sus promesas, a cazar a los otros tres Pevensie.

Peter, Susan, Lucy y el señor y la señora Castor van en busca de Aslan y entonces ocurre una de las cosas más criticadas del libro y que, en mi opinión, no sólo sobra mucho sino que carece de sentido según la composición del mundo de Narnia hasta donde llegan mis actuales conocimientos. La aparición de Papá Noel en la trama, quien le otorga a cada uno un regalo que les ayudará en su lucha contra la Dama Blanca, consigue trastocar la seriedad argumentativa que se había ido arraigando en la desesperada búsqueda de Aslan y la traición de Edmund.

Mientras tanto, sirve como contraste la irrupción de la Bruja Blanca en mitad de una boda de animalitos a los cuales, al verlos tan felices y con más comida de la que ella consideraba oportuna, los convierte en piedra sin la más mínima misericordia. Podría interpretarse como una manera de mostrar a los niños que los malvados no dudarán en hacer daño a quienes quieran simplemente porque les apetezca.

Cuando consiguen todos encontrar a Aslan, el hechizo que provocaba un invierno perpetuo en Narnia comienza a decaer, pero la Bruja Blanca decide vencer al León con su astucia y le dice que las leyes mágicas dictan que Edmund debe de ser sacrificado en la Mesa de Piedra por ser un traidor, a lo que Aslan responde que él mismo se dejará asesinar para salvar al pequeño. Como un truco literario del autor, se comenta que el León tuvo en la tienda una conversación con Edmund que le hizo reflexionar y que lo convirtió de ser un celoso y egoísta en una persona juiciosa, tranquila e inteligente. Seguramente Lewis no vio otra forma para explicar el necesario cambio brusco en el personaje para que consiguiera cumplir su destino y, ante semejante aprieto, acudió a una solución “tras las cortinas” pero que no consigue engañar al lector avezado.

Además, la transformación de Aslan conforme se dirige a la Mesa de Piedra seguido por Susan y Lucy, de orgulloso e invencible a un pobre y triste animal en dirección del matadero… sorprendió sobre todo a los que ya habían leído con anterioridad El Sobrino del Mago. Estos últimos ya conocían al León y sabían que esa no era una actitud real y creíble de Aslan, pero este error se puede perdonar debido a que El Sobrino del Mago se escribió cinco años después.

Sin embargo, como todo libro infantil, ningún final es así de triste y, debido también a las leyes mágicas, ningún alma buena puede ser sacrificada en la Mesa de Piedra y este renace y se dirige junto a las dos niñas a rescatar a Tumnus y a todos aquellos que habían sido petrificados vuelven a la vida gracias a Aslan y, juntos, se unen a la batalla de Peter y Edmund contra las hordas de enanos, lobos y gigantes de la Bruja Blanca.

La muerte de la Bruja, por otro lado, fue bastante cutre para lo trabajado que estaba el argumento. Gracias a que Edmund se dejó convertir en piedra para conseguir quitarle la vara mágica a la villana, Aslan pudo matarla saltando encima de ella de una manera de lo más sencilla, sin tener en cuenta que normalmente un comandante de un ejército se encuentra en mitad del destacamiento, protegido por todos los flancos, y que para llegar hasta él tienes que adentrarte entre innumerables adversarios.

Finalmente, los cuatro hermanos consiguen vencer y se convierten en reyes y reinas durante quince años, en los cuales consiguen reinar con armonía y felicidad dentro de lo posible. Sin embargo, tres lustros después, ya habiendo olvidado sus orígenes en el mundo real, aparecen de manera casual en el lugar por donde entraron en Narnia y vuelven a su mundo apenas un par de minutos después de haber desaparecido por el armario.

En definitiva, un libro con un argumento típico pero que trata muchos de los aspectos duros de la vida. Los arquetipos se mezclan con aspectos novedosos en la narrativa infantil, consiguiendo de “El León, la Bruja y el Armario” una obra completa, con algunos rasgos controvertidos… pero ante todo memorable.

Víctor Yeste

Director de la web, revista digital y radio online @HelloFriki. Escritor, ingeniero en Informática, cinéfilo, seriéfilo y, en definitiva, friki empedernido.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba