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Crítica: «Trillium», un autor a través del tiempo y el espacio.

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Una historia de amor más allá del tiempo y el espacio

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Dicen que el amor es eterno, al menos en un montón de películas y novelas románticas. Jeff Lemire lleva esa cuestionable afirmación varios pasos más allá con Trillium, su obra publicada en DC/Vértigo y recopilada por ECC Ediciones en un estupendo tomo digno de la obra que contiene. Ciencia ficción, pandemias y aventuras que confluyen en un nexo común: el amor. Dicho así puede sonar cursi o poco interesante, pero la propuesta del autor trasciende esos géneros y consigue crear una historia apasionante.

Nos encontramos en las postrimerías del siglo XXX, la humanidad tal como la conocemos ya hace tiempo que ha dominado las estrellas y se ha expandido más allá del espacio conocido. Pero una epidemia, producida por un virus inteligente, conocida como la cuña, está diezmando a los seres humanos y se extiende de colonia en colonia, de planeta en planeta, imparable. Solo hay una posibilidad para desarrollar una cura, y es extraer las propiedades que genera una extraña flor: el trillium. Por desgracia, esa flor se encuentra en el pequeño planeta Atabithi, «custodiada» por una raza desconocida que la protege con celo. Una delegación de científicos trabajan muy duro para encontrar la forma de extraer grandes cantidades de trillium, intentando negociar con esos seres… pero hasta el momento es todo infructuoso.

El tiempo se acaba y los encargados de la negociación comienzan a perder la paciencia,,, abriéndose la posibilidad de un ataque, de un asalto bélico, para llevarse el trillium por las bravas. En medio tenemos a la científica Nika Tensmith, que está haciendo serios avances diplomáticos y comienza a tener un acercamiento amistosos con esa raza, los atabithianos. La angustia y desesperación por la salvación de esta raza extraterrestre es una carrera contra reloj para poder obtener de una forma amistosa la preciada flor. Pero todo se complica…

Las construcciones que custodian los atabithianos nos recuerdan sospechosamente a las pirámides precolombinas. Nos vamos ahora a 1921, cuando un grupo de aventureros y exploradores se interna en el amazonas buscando un templo mítico en el que, según cuentan las leyendas, no solo se pueden encontrar riquezas… sino el secreto de la vida eterna. Entre los exploradores está William Pike, ex-soldado, que se va a encontrar de frente con el misterio del templo amazónico… y con la mismísima Nika, casi dos mil años en el futuro. Los dos protagonistas vivirán una experiencia conjunta que les lleva a sentirse unidos a través del tiempo (y el espacio). Y hasta aquí contamos.

Jeff Lemire asume la autoría completa de la obra (a excepción del color), con su dibujo de estilo brusco y descompensado que brilla por un correcto uso de la narrativa visual y por unas más que aceptables splash-pages, y se resiente en la armonía gráfica. No es un estilo amable ni visualmente atractivo, pero el autor se defiende bien… o al menos lo suficientemente bien como para no echar por tierra toda la obra. Sin duda el aporte cromático de su habitual colaborador, el español José Villarrubia, consigue compensar sus carencias artísticas y disimular un estilo demasiado amateur para una obra tan ambiciosa. Y entre ambos defienden con solvencia la difícil tarea de representar escenarios tan dispares como el espacio profundo, la selva amazónica o el interior de una nave espacial.

Experimentando con la narrativa visual. Se agradece

Otra cosa es lo literario. Si algo es Jeff Lemire, es guionista y escritor. Se nota en el tempo, ese control absoluto de la obra y su avance, magistral dentro de la complejidad que encierra narrar una historia que cambia tanto en lo espacial como en lo temporal. Largas líneas de diálogo que se tornan amenas e interesantes, siempre aportando información tanto en lo que se cuenta como en lo que deja entrever. Y de fondo, tras ese telón vistoso que es una aventura espacial (y temporal) encontramos la maravillosa historia de amor que atrapa a los protagonistas. Con sensibilidad y con oficio, Trillium se convierte en una novela gráfica ciertamente disfrutable.

No se nos pasen por alto algunos experimentos narrativos y visuales que utiliza Lemire, como ese episodio que se lee de manera circular… o algunas viñetas que cambian de orientación y/o de sentido. Insistimos ya no solo en el oficio que demuestra el autor, sino también en su valentía y habilidad para llevar a cabo esta obra.

La presente edición se acompaña con extras tan interesantes como galería de portadas de sus diferentes ediciones americanas, bocetos del autor e incluso nota manuscrita por él mismo explicando el origen y el germen de la obra, así como su carácter romántico y fantástico. Se incluye, además, un alfabeto atabithiano para que podamos descifrar el idioma de los nativos extraterrestres cada vez que aparecen en escena. Todo un detalle por parte de la edición… y detalle por parte del autor que se ha tomado la molestia de crear un idioma ex-profeso.

Ciencia-ficción y romance en una obra de autor que tiene ciertas carencias de estilo pero que desborda en su conjunto por la suma de los talentos de su autor, Jeff Lemire, ahora muy de moda por la adaptación televisiva de otra de sus obras también integrales: Sweet Tooth. Si os gustó esta, Trillium no le desmerece y su menor longitud puede hacerla incluso más llevadera. Seguro que su lectura no os dejará indiferentes.

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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