Críticas de cómics

Crítica: “Batman: La Orden de las Bestias”. London Calling.

Resumen de la Crítica

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Dibujo
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Historia
Edición

“Cada hombre debe volverse una bestia para conocerse de verdad así mismo”

Una exploración muy interesante del protagonista que realza su potencial detectivesco a través de un breve tránsito en el Londres de entreguerras.

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Aunque el virtuosismo de Eddie Campbell en el noveno arte se circunscribe a la vertiente artística, los pinitos que ha llevado a cabo como escritor son bastante defendibles, ahí queda como destacados ejemplos sus breves episodios de la colección Hellblazer y Alec, su obrás más personal. Adentrase en el universo Batman es ponerse delante del foco, algo que rehúye este artista, de tal forma que la línea Otros Mundos, totalmente independiente de las colecciones mensuales del personaje y dónde la periodicidad del encargo se subordina al ritmo del autor, es el escenario perfecto para un autor tan delicado y personal.

“La Orden de las Bestias” repite en semejanzas a los mitos de la pérfida Albión asentados en órdenes de poder secretos (como ya hiciera en las pocas grapas de la serie de John Constantine) alejándose todo lo posible de los escenarios comunes de Batman. Como hiciera en la mencionada serie de Vertigo, Campbell se lleva al protagonsita a su terreno favorito de juego: Londres.

Más cercano en tiempo a su obra cumbre, “From Hell”, que a la época en la que se publica el cómic (2004), cómo curiosamente hiciera en el flashback de sus episodios de Constantine, la historia transcurre en el Londres de 1939, donde la amenaza del nazismo se ha hecho realidad y Europa empieza a sentir temblores políticos y sociales. Este es el contexto histórico que se encuentra Bruce Wayne una vez desembarca en la capital inglesa. Una serie de asesinatos a ritmo de música popular provoca que Wayne luzca su auténtica máscara abandonando sus movimientos superheroicos para adentrarnos en las tramas detectivescas coetáneas a lo que se publicaba realmente en la versión primigenia del personaje en 1939, como si este prestigio fuera un anual de ese año homenajenado todas sus claves: crímenes, bajos fondos y disfraces.

La habilidad narrativa del autor le permite condensar en apenas sesenta páginas una historia de gran calado detectivesco dónde las conspiraciones millonarias hacen acto de presencia en el círculo interno de los poderosos en posición y economía de la ciudad. Eso permite que el autor se regocije en las materias que tanto le gusta, representándolo en un lujoso salón donde los poderosos puedan mostrarse tal y como son a través de fetichismo animal de la que no se salva ni el mismísimo Winston Churchill. La verdadera gracia radica en la introdución de Batman en el círculo interno con sus iguales en posición que no en humanidad, donde máscara y disfraz demuestra de forma sutil la auténtica piel de Wayne, dejando de ser Batman para convertirse en el señor murciélago.

Por lo demás, la historia es ligerita, fácil de tratar y por tanto, muy llevadera. El divertimento radica en la exploración del personaje tan curiosa y ya citada, en la investigación criminal que propone y en el encanto del breve tránsito de bats en el Londres de entreguerras. Todo a través del arte tan personal de Campbell donde el estilo decimonónico del autor con los insertos de acuarela rematada digitalmente, ofrecen una imagen visual rompedora y diferente a lo costumbrado en el universo Batman.

Batman: The Order of Beasts, DC Comics. Batman: La Orden de las Bestias, ECC Ediciones. Rústica. Color. 56 pags.

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