Críticas de cómics

Crítica. Brass Sun, La Rueda de los Mundos. De I. Edginton y I. Culbard

Resumen de la Crítica

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"Hace mil veces mil años, el relojero ciego creó en el firmamento la rueda de los mundos"

Un viaje alrededor de mundos, conceptos e ideas fantásticas, hermosas y originales

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Imagínate la réplica en juguete de la Vía Láctea con los planetas girando alrededor del sol, conectados por unos viales de metal donde uno puede bajarse en cada globo como si de una estación de tren se tratara. Pues eso es que lo que le sirvió al escritor Ian Edginton como inspiración para crear Brass Sun. Esto no me lo invento yo, el propio autor así lo expone en el prólogo de la obra y la verdad, como idea para crear todo un universo de ficción vasto, rico y maravilloso, no puede ser más simple pero grandiosa a su vez. Sólo a muy pocos elegidos se le puede ocurrir crear vida de un sistema solar mecánico aunque esta tenga lugar en un puñado de folios en blanco sirviéndose del lector a tal fin, que es quien en su cabeza pone movimiento y voz a lo reflejado en el papel. Esperemos que Edginton entre en jugueterías y compre maquetas más habitualmente, porque la imaginación está cara y los lectores necesitamos de autores originales y creativos como el inglés que nos transporten más a menudo a realidades llenos de magia, aventura y acción, verdaderas capitales de los distintos mundos que giran en torno a este engranaje imaginario.

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El sol metálico que da vida a los planetas que forman parte del gran sistema solar mecánico se para, mundos se congelan y la vida se extingue. Sólo la llave de la rueda de los mundos puede reiniciar al astro artificial, pero esta se encuentra dividida en fragmentos repartidos por los mundos que forman este gran sistema. Como si de una elegida se tratara, la joven Wren, nativa del planeta Pata Trasera, será la única esperanza para un sistema planetario moribundo siempre y cuando logre reformar la llave y reactivar el motor de su universo.

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Como se pude comprobar, el gancho es bien conocido para cualquier lector de ficción aventurera, espacial, terrorífica o dramática. La consecución de un objetivo, materializado en un objeto mágico y especial que salve el mundo. Sí, pero como en estas historias, la gracia no radica ahí, sino en el viaje alrededor de mundos, de conceptos, de ideas fantásticas, hermosas y originales. Y esto no le falta a esta obra. Este primer recopilatorio de la serie que se publica en la revista inglesa 2000 AD (sí, la de Juez Dredd y Slaine, entre otros grandiosos seriales) engloba tres sub arcos argumentales donde compartimos distintas vivencias con los habitantes de Pata Trasera, la Fortaleza y Palabrería (sólo los nombres de los planetas muestran claramente la riada de imaginaria que arrastra la obra) en la búsqueda de la verdad, del plan maestro y de la susodicha llave.

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Cada sistema tendrá su propia idiosincrasia. Una Pata Trasera demasiado sumisa a los preceptos religiosos de control a través del miedo muy propio de tiempos inquisitoriales en un contexto histórico entre la Edad Medida y el Siglo XVII. Fortaleza será el reflejo de los gobiernos totalitarios y la persecución política, mientras que Palabrería, un mundo autodestruido y multiexplotado será la cara de un sistema ultra capitalista donde el valor de las personas sólo se mide por los servicios que pueden prestar. Esta es la hoja de ruta inicial en el viaje de Wren, quien como es norma en esta clase de historias, tendrá dignos y peligrosos adversarios, involuntarios compañeros de armas y fieles aliados.
descarga777ii  La principal baza de esta obra es la cantidad de conceptos, dejados unos a su suerte y mantenidos otros como recursos del viaje de la protagonista. No se excluyen sino que se complementan, y estos no cesan de aparecer a cada página que pasa. La escenografía es tan rica y abrumadora que hay que observar cada milímetro de la página para no perderse nada. Ya no sólo en los habitantes que pueblan estos sistemas, sino en la arquitectura, los objetos cotidianos, los uniformes, las entidades artificiales, las armas, los vehículos aéreos, las maquinas de combate, todo es un alucine constante que paulatinamente permite al lector abandonar incluso el interés en la misión de la protagonista para concentrarse en el particular microcosmos que forma la rueda de los mundos. Si hasta se permite el lujo de introducir elementos tecnológicamente cotidianos del siglo XXI sin que la cosa chirríe ni resulte chocante. Por mí que la llave se pierda, así más sellos en el pasaporte de Wren se estamparán.

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Con un ritmo vertiginoso, la propuesta de Edginton combina la mejor aventura pulp con elementos retro futuristas y de edades más antiguas con la más arriesgada ciencia ficción, que con ligeros toques de fantasía y elementos sobrenaturales la convierten en una obra que será recordada. Y no quiero dejar de lado otra circunstancia que si no se cuida con mimo, hace que el tren descarrile, y esto son los cimientos donde se construye esta aventura, porque al más mínimo error se desmorona pero lo cierto es que por mucho que uno busque la tara, no la encuentra. Todo está perfectamente medido y teniendo en cuenta lo ambicioso del proyecto, no esta demás destacarlo.

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Para tan enorme idea, como no se cuente con un dibujante a la altura de las circunstancias, la cosa se puede poner muy fea, confusa, incomoda y desesperante. Pero afortunadamente esto no ocurre. I.N.J Culbard, fiel colaborador del propio Edginton como de otra grande, Dan Abnett, tiene el pulso y trazo preciso para que el chorreo creacioncita del primero sea debidamente compartimentado y analizado por el lector. Quizá no es pleno o rotundo en lo que concierne a la expresividad y anatomía humana, pero se mueven bien en las distintas situaciones que les coloca el escritor, y puesto que la clave radica en lo que ven los ojos de los personajes, aquí sí luce a gran nivel. Plasmar en papel lo que tiene Edginton en la cabeza y que resulte tan potente es la mayor virtud del dibujante. No hay alardes y piruetas narrativas a lo Darwin Cooke o Avon Oeming, pero las invenciones entran por los ojos de una forma fácil, cómoda y natural.

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Gratificante y refrescante comic que nos presenta 2000 AD, con muchísimas ganas de continuar leyendo las aventuras de la joven Wren y la búsqueda de su particular grial en este colosal mundo de ficción creado por los autores.

 Brass Sun, La rueda de los mundos. ECC Ediciones. 210 páginas. Color. Cartoné. Fecha de edición: Junio 2015.

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