Críticas de literatura

Reseña: «El autor de este libro es un zombi», de los Hermanos Abad

Resumen de la Crítica

Valoración

Genial para picar el gusanillo de la lectura a los jóvenes

Libro interesante para jóvenes a partir de catorce años. Género Juvenil Paranormal. Novela corta de lectura rápida. Sin sangre ni vocabulario malsonante.

Valoración de los Usuarios 3.1 ( 14 votos)

Álvaro y su hermano Jaime son dos jóvenes de una población costera que deciden visitar la tienda cochambrosa de Dionisio, ubicada en una antigua casa de pescadores en el puerto viejo, para «arreglar» un cuadro que su madre quería obligarles a colgar en su habitación y que no les terminaba de gustar, éste les dice que no promete nada y se van.

Cuando regresan a por el cuadro (personalmente me pareció una locura al estilo Mr. Bean cuando intenta arreglar el cuadro de la madre de Whistler) pero los hermanos están encantados con la obra. Tanto así que le piden a Dionisio que le encargue al artista otros más.  Ya que no era él mismo quien había realizado el cuadro, sino su nuevo ayudante. La sorpresa es cuando al regresar se encuentran con un montón de dibujos realizados por el tal señor Dostoievsky y que no saben cuáles escoger. No es que fuesen buenos dibujos, pero eran tétricos.

Su madre pilla un berrinche porque no le gusta lo que le han hecho al cuadro original y no les deja colgarlo, pero los chicos se empeñan en conservarlo aunque lo tengan que tener metido en un cajón.

Su interés sobre los dibujos crece e intentan que Dionisio les presente, aunque el tendero es un poco reacio al principio. Álvaro y Jaime creen que el artista está intentando contar una historia a través de los dibujos, ellos solo tienen tres y no se pueden hacer una idea de todo el conjunto. Aunque han descubierto una cosa: uno de los personajes de los cuadros reaparece en algunos: Un hombre delgado con un sombrero alto.

Se ponen a grabar unas entrevistas con el señor Dostoievsky después de insistir en hablar con él y encontrar unas hojas escritas pero inconexas para contar la historia que parece ser que quiere contar.
Es aquí en este momento cuando descubrimos que el señor Dostoievsky se llama Robinson, cuenta cosas muy extrañas en estas entrevistas y que no parecen estar en este plano terrestre como puertas que no existen pero él si ve… y que nació a los trenta y ocho años bajo un nido de hormigas. Se descubre aquí que el hombre alto es su padre que no es su padre y su madre que no es su madre era una mujer vieja (tal cual el libro a falta de una definición mejor)… Cuando los chicos le «ordenan» que abra esa puerta que ellos no pueden ver (y que está dentro de la cabeza del señor Dostoievsky) comienza a recordar.

Al parecer iba camino a una aldea y ayudaba a una anciana en una botica, buscando un cofre. Pero no lo encontraba. La anciana resulta ser una bruja y que flota en el aire y él cae preso de los poderes de la vieja, quizá lo drogaron aunque el señor Dostoiesky no lo dice claramente y los niños lo preguntan, pero da toda la impresión de que así sea. Lo llevan a un lugar donde los vecinos están cantando invocando a un poder sobrenatural. Tras hacerles un trabajo lo entierran, aunque es consciente de todo lo que ocurre a su alrededor. Y tras un tiempo vuelven a desenterrarle y allí siguen todos los cuarenta vecinos, la vieja y el hombre de sombrero alto.
Éstos dos tenían un pacto con los vecinos que no cumplen, se largan con el cofre (que el señor Dostoievsky al final sí había encontrado y vaciado excepto por unas monedas) sin saber que su contenido ya no es el mismo y se largan. Los vecinos usan a Robertson como esclavo (zombie porque ha vuelto de entre los muertos), pero el hijo del Alcalde sabe que quizá éste sabe algo de las joyas y lo interroga, y nuestro protagonista, aunque está obligado a obedecer a lo que le dicen, cada vez está más libre de sus ataduras y desea escaparse aunque parece ser que no termina de poder irse. Termina matando al hijo del alcalde que no paraba de tirarle pedradas.

Tras el relato del señor Dostoievsky se marcha sin dejar rastro y sin volver jamás. En el epílogo hace referencias al código penal de Haití, donde está estipulado en su artículo 249 que si le das algo a alguien y se queda aletargado se considera intento de asesinato y si luego lo entierras pase lo que pase luego es considerado asesinato. Ignoro si es solo cosa de la mente de los autores o si es cierto porque no he indagado. ¿Vosotros qué pensáis? ¿Os animáis a leerlo? ¿Lo compraríais para vuestros hijos?

El libro está estructurado en tres partes bien diferenciadas: AVISO IMPORTANTE, EL AUTOR DE ESTE LIBRO ES UN ZOMBI y AÑADIDO INNECESARIO.

Narrado en primera persona por el hermano de Álvaro, del que desconocemos el nombre, describe la historia de ambos en el periodo en el que conocen al señor Dostoievsky y lo que descubren de él. La tipografía es bastante grande, como si fuese un arial a tamaño 16 por lo que su lectura se hace bastante ligera. La editorial la ha evaluado para jóvenes a partir de catorce años, lo que me parece muy acertado ya que las lecturas para esa edad muchas veces son demasiado planas, duras y aburridas y los chicos se desentienden o no gozan con el placer de la lectura. Tener alternativas atractivas para ellos hará que los adolescentes no abandonen el hábito de leer.

También va acompañado de diferentes imágenes, al principio del libro, de los cuadros que pinta el señor Dostoievsky, que ayudan a plasmar la idea de lo «original» del estilo del arte de este personaje. Particularmente creo que no le hacía falta el añadido, pero no le viene mal.

Lo mejor: Que para tratarse de una novela corta y para jóvenes lectores, puede ser muy atractiva para salir de la monotonía de los libros de instituto, sobre todo si como a mi generación les hacen leer clásicos como ‘El señor de las moscas’ de William Golding o ‘El guardián entre el centenode J. D. Salinger’, que aunque son grandes libros, los jóvenes no los entienden de la misma forma que si tienen la oportunidad de leerlos más adelante.

Lo peor: Que pensaba que el libro era algo menos juvenil por lo que reitero la necesidad de ubicarlo en esa franja de edad para que los chavales lean por gusto y no solo los libros que les piden en el colegio, ya que puede engancharles con facilidad por la fluidez y la forma narrativa en la que los Hermanos Abad han escrito esta historia.

8444149543

Aída Albiar

Me encanta leer y escribir desde que era muy pequeña, eterna estudiante y autodidacta.

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