Críticas de videojuegos

Crítica: «Clid, the Snail», un gran juego a pequeña escala

Historia
Jugabilidad
Gráficos
Duración

Recomendable

Divertido y con mensaje. Jamás pensarías que controlar a un caracol sería tan frenético

Valoración de los Usuarios 4.5 ( 1 votos)

Mira que el género Post-Apocalíptico está manido, sobado y reusado hasta la saciedad. Encontrar un título de este género, en la disciplina que sea, que te sorprenda, es algo prácticamente imposible. En los videojuegos puede que sea todavía peor, pues las aventuras extremas y violentas que posibilita un escenario catastrófico tienen muchas posibilidades. Zombis, alienígenas, guerras nucleares y un largo etcétera de motivos se han encargado de marcarnos unos escenarios ideales para disfrutar un videojuego.

Y con esa sensación de que ningún título te puede sorprender ya, dentro de esto del Apocalipsis, llegas a Clid the Snail… y te llevas la sorpresa. Ganador de la VI Edición de los Premios PlayStation®, dentro del proyecto PlayStation Talents, el estudio madrileño Weird Beluga Studio se ha sacado esta maravilla de la manga. Mucha imaginación, oficio y cariño es lo que se ha puesto en el título. Y se nota.

Clid, el incomprendido

Para empezar, ni sabemos que nos encontramos en un escenario postApocalíptico. Lo vamos a ir averiguando con el desarrollo del juego y, aunque quedará claro en los primeros compases, los porqués y los cómos van a ser un poco más difíciles de averiguar. Pero es que eso no es importante. Los humanos han desaparecido y ya está, no somos los protagonistas. Los animales e insectos ahora dominan el planeta a sus anchas y, con el tiempo, han desarrollado una especie de civilización que, en parte copiada de lo que veían en los humanos, queda como un extraño nuevo mundo. Ciudades en miniatura donde viven los animales y/o insectos, con sus propias jerarquías, sistemas económicos, religiones…

Lo apabullante y genial es que no se dedican a machacarnos con datos y datos, con nombres y mapas. Este «nuevo mundo» ya está creado y consolidado y nosotros lo vamos a ir descubriendo por nuestra cuenta, al avanzar por las misiones. Un poco con lo que nos cuentan y un mucho con lo que vemos y vamos a tener que deducir.

Más chulo que un caracol

Narrar sin contar. Narrar mostrando. Un recurso poco usado en los medios pero que, cuando se usa y se usa bien, enriquece exponencialmente la obra. Y eso lo tiene Clid the Snail.

Empezamos el juego manejando a nuestro protagonista, un caracol de nombre Euclides que es la vergüenza de la Ciudad Caracol. Es pendenciero y aventurero, le gusta la acción y desea salir fuera de los muros de la ciudad. Por el contrario, sus congéneres son en extremo pacifistas y les gusta la tranquilidad. Tienen buena relación con todos los vecinos (especialmente con los saltamontes) y viven de muros para adentro.

Sin embargo, hay un problema… no todas las especies son pacíficas. De hecho, las babosas son tremendamente belicosas y quieren expandir sus territorios. Hostigan y atacan sin miramientos ni piedad y tienen a todas las ciudades atemorizadas. Clid no se achanta, ni mucho menos. Está decidido a marchar a la ciudad de los saltamontes para buscar aliados y plantar cara… algo que no gusta a los líderes de Ciudad Caracol, que destierran a Clid. menos mal que este, además de ser tan echado para adelante, es un hábil inventor y se ha construido un blaster con el que se defiende en sus escapadas.

Si os parece que os he contado mucho, no os preocupéis: es solo la punta del iceberg. La aventura de Clid es inmensa y larga, de hecho nada más empezar será fichado por un grupo de «parias» como él, cada uno de una especie animal distinta. Ahí es, de verdad, cuando comienza la aventura… y cuando yo me callo.

En nuestra guarida hay extraños elementos de una civilización anterior

El juego, a través de su historia, está repleto de personajes secundarios maravillosos que interactúan con Clid de las más diversas formas. Con líneas de diálogo sensacionales donde se combina el humor e incluso el drama (y estamos hablando de caracoles, murciélagos, topos, etc!!) La química que se crea entre Clid y sus compañeros va más allá de un recurso narrativo para hacernos avanzar en la aventura y explicarnos cosas. Y los enemigos, pues otro tanto de lo mismo, teniendo sus líneas de diálogo y sus monólogos y conversaciones, dejan de ser jefazos a batir para formar parte de la aventura.

No solo manejaremos el blaster artesanal, sino que tendremos a nuestro alcance un creciente número de armas que, una vez más, no «caen del cielo», sino que se incorporan a nuestro inventario formando parte también de la historia. Podemos mejorar nuestro equipo, la concha de caracol que nos servirá de armadura, además de usar objetos secundarios como bombas o minas. Con su vista isométrica se nos permite disparar a los enemigos con un stick mientras nos movemos con el otro, como ya pasaba en juegos similares (Lara Croft y el Templo de Osiris, por ejemplo). Así el control y el combate se vuelven frenéticos e intuitivos y, es verdad, puede que nos cueste un poco hacernos con él. Sobre todo cuando las armas no son muy potentes y necesitamos cargar el disparo… ahí es fácil no poder apuntar con precisión. Fantástica la posibilidad de interactuar con partes del terreno (muros de hielo que se derriten con el lanzallamas, por ejemplo), dotando de físicas reales a la aventura.

¡Las pantallas de carga son preciosas!

Un apabullante trabajo de diseño y arte

Nos ha llamado muchísimo la atención los escenarios y el diseño del juego. Clid se mueve por su mundo, que será inmenso y tremendo para él (no deja de ser un caracol), pero nosotros podemos reconocer objetos y cosas y lugares que nos resultan familiares. Latas de refresco, cadáveres humanos semi-enterrados, juguetes… son elementos que ya forman parte del entorno natural de estos personajes y su mundo, pero que a nosotros nos evocan a nuestra civilización. Y verlos en estado de abandono, oxidados e inútiles, testigos del desastre sucedido… nos supone una extraña sensación entre sorpresa e incomodidad.

El entorno está tan trabajado y detallado que muchos elementos se nos van a pasar por alto. Insisto en el minucioso trabajo artístico del estudio madrileño, pues han dedicado esfuerzo y talento a raudales para dotar a esta obra de un trasfondo sólido. En no pocas ocasiones nos hemos parado a contemplar los elementos que componen el escenario, sorprendiéndonos encontrando tal o cual cosa… y siendo atacados por las molestas moscas, que nos pillaban distraídos y aprovechaban su pequeño tamaño y su rapidez de movimientos.

Podéis ver en las capturas y en el vídeo los detalles referidos (atentos al cubo de rubik). Además, aprovechan esto para esconder en el entorno algunos secretos que podemos encontrar si exploramos con cuidado… amén de caminos alternativos, distintas alturas, etc. Poco se puede reprochar en el aspecto artístico y de diseño (especial mención a las pantallas de carga, auténticos cuadros).

Euclides, eres un díscolo. Márchate de la ciudad (comienza la aventura)

Cuidado que estamos deshaciéndonos en elogios, pero Clid guarda un punto que no a todos va a gustar: Su dificultad en algunos momentos puntuales. Bien es cierto que no se trata de un Dark Souls, pero sus combates son irregulares en cuanto dificultad. Porque tan pronto nos aparece un grupo de babosas fáciles de abatir, como nos tienden una emboscada con granadas a distintas alturas o nos aparece un boss que nos obligará a repetir hasta pillarle sus tics. Y la barra de vida no es demasiado generosa, que digamos.

Pese a esto, vais a enamoraros de este juego, capaz de divertir y entretener como los mejores… que contiene una profundidad de historia y mensaje a la que, muchas veces, esos triple A no llegan. Clid será un caracol, pero es un gran personaje y su aventura que compartimos es una sorpresa continua y una maravilla. Sensacional lo que se puede conseguir con talento y ganas. Una vez jugado, no nos extraña que sea el ganador de los Premios PlayStation.

Exigente a veces, pero divertido siempre. Clid the Snail es una de las sorpresas de este 2021.

Lo mejor

  • Sus personajes y su trabajado mundo
  • La cantidad de sorpresas que encierra
  • Su diseño y su arte

Lo peor

  • Que pueda pasar desapercibido
  • Algunos momentos especialmente complicados en combate

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba