Críticas de cómics

Crítica: «Los Nuevos 52. Constantine», rejuvenecer por arte de magia

Resumen de la Crítica

General
Guión
Dibujo
Historia
Personajes

Relativamente recomendable

Critica del inicio de la serie Constantine, de los Nuevos 52

Valoración de los Usuarios 3.15 ( 1 votos)

Hellblazer ostenta el logro de ser la serie más longeva del prestigioso sello Vértigo. No en vano fue la que inauguró esta sub-editorial de DC que tantas alegrías le ha dado al mundo del comic. Durante sus 300 números acompañamos al carismático John Constantine a través de unas historias que mezclaban, casi siempre con acierto, la magia y el terror con las situaciones y personajes más mundanos que uno pueda imaginar.

Diversos autores, la mayoría de primer orden, se hicieron cargo de la serie y mostraron su visión del personaje y su entorno, encumbrándola a lo más alto del panorama editorial americano. Pero 300 números son muchos. La serie languideció paralelamente al propio sello Vértigo que la acogía. El anuncio de su cancelación, en el citado número 300, no fue inesperado… pero sí una desilusión. Este sentimiento sería inmediatamente sustituido por el de sorpresa, al saber que la colección renacería dentro del Nuevo Universo DC, junto a personajes como Batman, Superman… lo que también hizo levantar más de una ceja, de pura desconfianza.

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Y así llegamos a los primeros números de la nueva serie protagonizada por John Constantine, en cuya cabecera se sustituye «Hellblazer» por el apellido del protagonista. Jeff Lemire y Ray Fawkes se encargan de escribir y Renato Guedes de dibujar, y a ellos le cae la enorme responsabilidad de continuar las aventuras (desventuras) de un personaje con tanta historia y tantos seguidores.

¿El resultado? Antes de valorar si es positivo o no, veamos qué nos presentan los autores. En DC eran conscientes del cansancio que sufría Constantine, casi un personaje quemado, aunque no podían ni suprimirlo ni cambiarlo radicalmente. Han decidido mantener la esencia original, pero adaptándola a su Universo superheróico de tal forma que nos encontramos a un John Constantine rejuvenecido y más poderoso de lo que jamás lo hayamos visto, pero sin perder en la transformación esa socarronería y ese aire chulesco característico. También sigue conservando esa particular cobardía que siempre me ha resultado tan contradictoria. Ahora John Constantine, que pasa a vivir en los EE. UU., parece más un superhéroe con poderes místicos que un tipo amargado y atrapado en asuntos paranormales y demoníacos que, a menudo, le superaban. Y aunque no se trata de establecer una contínua comparación con su versión anterior, es inevitable echar de menos ese componente social, humano y (por que no) a menudo cercano, que leíamos en Hellblazer.

Durante los tres primeros números acompañamos a Constantine en la búsqueda de un artefacto mágico, una brújula mística que, de caer en las manos equivocadas, provocaría un verdadero cataclismo. Pero tanto la forma de iniciar esta búsqueda como la resolución del conflicto se me antojan poco trabajados, incluso forzados, para contarnos una historia que tiene pocos pies y poca cabeza. Los antagonistas son tan espectaculares como estúpidos y no dejan de ser un añadido impostado y prescindible. En el cuarto número la cosa mejora. La historia está mucho mejor contada y la amenaza se siente terrible y desafiante, y de ella solo se librará nuestro rejuvenecido héroe poniendo en práctica su ingenio inglés.

John, John... en que lios te metes!
John, John… en que lios te metes!

En el aspecto gráfico John Constantine jamás lució tan bien. Pocas veces se dibujó un número de Hellblazer como aquí se hace, entre otras cosas y dejando de lado la calidad de los dibujantes que por allí pasaron, la serie de Vértigo destilaba oscuridad y «suciedad», hecho que propiciaba los estilos sobrios y emborronados como adecuados. Ahora, Renato Guedes se encarga de transmitir todo lo contrario. Se recrea en detalles y llena las viñetas de fondos hiper dotados de vida, de objetos… con un trazo fino y exquisisto. Los personajes también destilan vida, tanto en sus formas como en sus gestos y expresiones. Sin duda, este es el aspecto más destacable del «reborn» y causante de que ese rejuvenecimiento al que aludía en el título de la crítica no resulte ridículo.

Los que disfrutaron de Hellblazer pueden quedarse algo decepcionados con esta puesta al día, más encaminada a insertar un nuevo personaje en el universo DC que a respetar el original. Los nuevos lectores seguramente encontrarán un comic diferente y divertido, con un curioso protagonista del que poco se conoce y del que nunca se termina de saber como es de poderoso. Yo soy de los que leyeron, hace ya 25 años, los primeros números de Hellblazer… incluso antes, su aparición primera en La Cosa del Pantano, y no puedo evitar esa sensación de decepción.

Renovarse o morir, siempre se ha dicho. Así que quizá tenga que olvidarme del antiguo concepto de Constantine y aceptar al nuevo, pues no podré evitar seguir leyendo sus historias. Su magia me atrapó ya hace mucho.

Para finalizar, recordar que ECC publica esta serie en tomos que recopilan cuatro números americanos, de los cuales ya apareció el primero y no tardará en publicarse el segundo.

ConstantineSketch

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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