Reportajes de cine

Un acercamiento a la «femme fatale»

El icono de la femme fatale o mujer fatal ha engrosado los guiones de ciertas películas desde los años treinta hasta la actualidad. Fue un término acuñado por Nino Frank para designar a los personajes femeninos del cine negro que desviaban al protagonista de sus objetivos. Esta imagen de feminidad subvirtió el arquetipo del “Ángel del Hogar”  que confinaba a las mujeres en el ámbito doméstico. Este esquema misógino, machista y patriarcal tenía por objeto demonizar a las mujeres que rompían con los cánones falogocéntricos establecidos.

Francisco Javier Sánchez-Verdejo Pérez ha aseverado que este concepto bebe del recurso literario de la vampira, es decir, de todos los atributos que reflejan la promiscuidad femenina[1].

Orígenes.

La génesis de este constructo está arraigada en la cultura occidental, si bien con una nomenclatura distinta, desde hace milenios. Hay expertos que sugieren que esta demonización de las mujeres se remonta a la Europa pagana. Pam Keesey  fue más allá con su obra Vamps: an illustrated history of the female fatale donde comparó a diversas diosas precristianas con diosas demoniacas para examinar sus puntos en común. Ella, destacó que el arte recurría a la mitología para dibujar la crueldad de las mujeres, tanto del Antiguo Testamento, como del Nuevo (Dalila) aunque esta toxicidad aparece también en el politeísmo (Isthar), así como del folclore o, más tarde, con la antítesis de la Buena Doncella del Medievo.

Este estereotipo volvió a cobrar fuerza a partir de la segunda mitad del siglo XIX, cuando se crearon los primeros núcleos que demandaban la emancipación de las mujeres y, por tanto, se acentuó que la imagen de la mujer empoderada representaba lo prohibido, lo sexual y lo morboso. Así, toda mujer misteriosa que apareciese fumando, con joyas, con objetos que sugiriesen que era inteligente representaba el mal y la sensualidad.

Atributos

Este cliché lo personifican mujeres jóvenes, preciosas y ambiciosas que tenían unos rasgos físicos concretos; portaban el cabello suelto y ondulado ( que es una alegoría a la destrucción de los hombres a los que seducen).También la mirada astuta y calculadora y unos hábitos de vida que no deberían adoptar las “señoritas” como ingerir alcohol o fumar en público.

El crítico de cine Eddie Muller apuntó que

De entre todos los ejemplos que se pueden ilustrar creo que el más evidente es el de Catherine Tramell (Sharon Stone) en Instinto Básico de 1992. Ella, como representación del mal, se presenta como el «pecado seductor» que intenta destruir a un pobre hombre que se queda prendado de ella. Es interesante, cuanto menos, porque narra bien los tabúes típicos de finales de siglo: ella, es una escritora erótica (el gusto por el sexo es uno de los males del puritanismo) mientras que él es un detective (y esto, el orden). Con este argumento, metido en la coctelera obtenemos un esquema dicotómico mujer activa sexualmente – feme fatale /detective y, por ende, miembro del cuerpo policial – buenazo. La temática es algo más compleja que esto porque entran en escena actos criminales pero la imagen que se transmite es esta: mujer segura de sí misma que es sexualmente activa ES EL MAL. Una cosa que siempre me ha llamado la atención es la infantilización del hombre en este sentido porque se presenta como una víctima más de una viuda negra pero hay que pensar que él se presta a ese juego y que es él el que se deja seducir.

Cine

Hay que recordar que en Estados Unidos la cuestión religiosa es uno de los puntos principales de todos los partidos políticos. Por tanto, las escenas sexuales se censuraban. Esta figura, que implica la lujuria, creó unos códigos que sugerían, sin mostrar, comportamientos sexuales.

Uno de estos ejemplos se percibe en la película Gilda de 1946, protagonizada por R.Hayworth. En ella, la protagonista pide fuego a un hombre para encender su cigarrillo mientras ella está sentada en una silla y él está de pies. Esto simboliza el sexo oral.

Gilda

También se hace alusión al sexo anal en The Big Sleep de 1946 cuando el personaje de Lauren Bacall mantiene una conversación con su contraparte a quien le dice que los jinetes que le gustan dependen de si «arrancan de salida o desde atrás».

Una adaptación más moderna de esta mujer se ve en The Man from U.N.C.L.E. de 2015 donde Elizabeth Debicki da vida a una villana sexualizada o Gorrión Rojo de 2018 donde Jennifer Lawrence interpreta a una espía rusa que dejó su trabajo como bailarina.

Gorrión Rojo

Finalmente, aunque hay otras producciones, creo que es interesante hacer hincapié en la película de culto de Stanley Kubrick, Eyes Wide Shut de 1999 donde, al final, se deja entrever que la mujer del protagonista tenía intenciones ciertamente oscuras.

Eyes Wide Shut

Conclusiones

Este recurso simbolizó, y sigue haciéndolo, el miedo al empoderamiento femenino entendido en términos de igualdad de condiciones. La femme fatale fue una herramienta propagandista creada por Hollywood para alertar de los cambios sociales de la época porque, por primera vez, se pudo ver simultáneamente en diversos países como las mujeres podían aspirar a algo más que a ser amas de casa.


[1] Sánchez-Verdejo Pérez, Francisco Javier (2013). “Breve análisis de la figura de la femme fatale en el cine”. Nº2, Orisos, pp.351-385.

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