Crítica: «Gotham Central 4. Corrigan», héroes caídos y polis corruptos.

El cuarto tomo de esta grandísima serie mantiene el alto nivel de realismo y calidad en cada una de sus historias. Titulado «Corrigan», haciendo alusión al personaje que de manera omnipresente se mueve en la trastienda de la colección, contiene los números 32 al 40 de la serie original americana y se divide en tres bloques diferenciados.

La primera historia es un buen relato de Greg Rucka en el que se investiga la muerte/asesinato de una joven sin techo y en el que interviene una vieja conocida del panteón de villanos de Gotham, aunque su papel en este relato no será precisamente el de malvada. Es un preámbulo al grueso del tomo, una historia en cuatro partes donde los miembros de Gotham Central deben investigar las misteriosa muerte de Robin... cuyo cuerpo aparece tendido en un callejón, precipitado desde lo alto de un edificio. Los detectives en pleno se ponen en marcha para averiguar que se oculta tras esta muerte y, de paso, aprovechamos para meditar sobre asuntos turbios que siempre han estado presentes en los cómics de superhéroes. Por ejemplo, ¿cuánta responsabilidad recae sobre Batman al permitir que un menor ponga en riesgo su vida? Se suceden este tipo de reflexiones que se generan de forma natural al enfrentar el mundo del superhéroe con el realista submundo del policía a pie de calle. Robin pertenecía en esta época a los Nuevos Jóvenes Titanes, por lo que veremos desfilar por la comisaría al resto de miembros, para ser interrogados. Kid Flash, Cyborg, Raven… Y veremos como la figura del Hombre Murciélago está siempre presente, de manera física o figurada, durante la investigación.

Pero la historia final, Corrigan II, es sin duda la más importante del tomo. El Universo DC va directo a la Crisis Infinita y los miembros de la comisaría de Gotham no son una excepción. Pero la hecatombe se refleja en su particular escala, bajo el nombre del corrupto Corrigan, al que hemos de agradecer como lectores que protagonice este crudo relato de perversión, vicio, traición, muerte y, paralelamente, lealtad, honor, valentía y fraternidad. Contada en tres partes, de nuevo por Rucka, con su gran dominio del género negro y policíaco, manejando a los personajes para que interpreten sus dramáticos papeles como si de una gran película se tratase. Un nuevo ejemplo de por qué esta serie está considerada como una de las mejores de todos los tiempos dentro de la familia de series ambientadas en torno a Batman.

Como pasaba en los otros volúmenes, los distintos dibujantes mantienen un estilo similar y dotan a Gotham Central de una homogeneidad que apoya esa ambientación noir y policíaca. La composición de página es sobria y regular, con personajes reales y callejones húmedos donde las sombras y los delincuentes reinan en contraposición a los agentes, ya familiares para nosotros, que representan ese otro lado que intenta mantener la ley… pese a su descarada desventaja. Todo eso se transmite con los dibujos de Steve Lieber, Kano y Stefano Gaudiano, rubricando la altísima calidad global de Gotham Central.

Y la serie llega a su fin. Con unos momentos muy duros, para los que Rucka y Brubaker nos han estado preparando sin nosotros saberlo… Solo queda contar algunos episodios anteriores que, si bien pertenecen a este micro universo policíaco, no se englobaron en la colección original. Pero de eso hablaremos cuando toque, en el quinto tomo, pues todabía necesitamos tiempo para asimilar el impacto que supone el final de la serie. Insisto, una de las mejores series que podéis encontrar en la bat-familia y una de las mejores series policiacas que se han escrito/dibujado jamás.

• Gotham Central 4. Corrigan. ECC Ediciones.
• Edición Original: Gotham Central núms. 32 al 40 USA.
• Cartoné. 224 pp. 22 €