Críticas de cómics

Crítica: «Dash Kappei», el artista antiguamente conocido como Chicho Terremoto

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Muy Recomendable

Un manga y un personaje que no encaja bien en esta época de piel fina y ofendidos, pero que sigue disfrutándose por su loca y desenfadada apuesta.

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Si a cualquier persona de más de treinta años le preguntas quien es Dash Kappei o Kappei Sakamoto, se van a quedar igual que estaban. Pero si le mencionas el nombre de Chicho Terremoto, la cosa cambia. Las tardes de una todavía joven televisión privada se amenizaban con las absurdas aventuras deportivas de este enano cachondo (en todos los sentidos de la palabra). Personalmente, nunca me hizo gracia, que le vamos a hacer, porque su occidentalización a través de cambios de nombre de los protagonistas y libertades del doblaje (lógicas a todas luces) me alejaban mucho del producto.

Mazinger Z antes y Dragon Ball después habían llegado al fan mucho mejor y más directamente, pero series como Campeones o esta Chicho Terremoto habían sido capaces de traspasar la barrera del «aficionado» y conectar con todo tipo de público. Eso facilitó su publicación en papel, seis tomos a cargo de la desaparecida Banzai allá por la década de los 2000. El manga, ahora artículo de lujo solo disponible a través de de portales de re-venta, había caído en un limbo… hasta que la recién nacida Kimmo Editorial se ha hecho con sus derechos de publicación.

Y como no podía ser de otra forma en el panorama editorial que vivimos, con un público aficionado al manga, más maduro y exigente, se ha optado por lanzarlo en una edición absolutamente impecable. Serán diez volúmenes que recopilan la serie completa, con un magnífico acabado y portadas de lujo con sobrecubiertas. Incluye todo el material con un respeto considerable, como las numerosas páginas a color o la fidelización al original en lo que respecta a nombres, etc.

Esta edición cuenta con extras tan suculentos como los generados para la edición, expresamente, en la que se nos explica en toda su magnitud el fenómeno que fue este Dash Kappei y como llegó a publicarse en su país de origen por Noboru Rokuda… que incluye algunas páginas extras donde nos desvela algunas anécdotas relacionadas con la publicación del manga. Este Dash Kappei de Kimmo Editorial es un auténtico regalo para los lectores de manga, un producto cuidado al extremo para satisfacer al coleccionista.

Y si por casualidad queda alguien que no sepa de que va el manga en cuestión, que lo dudo… Kappei Sakamoto es un joven estudiante que quiere entrar en el equipo de baloncesto de su instituto, pero su corta estatura es un serio problema. Menos mal que está sobrado de ingenio y es capaz de diversas proezas atléticas (menudo salto tiene el personaje!) que suplen de sobra su falta de estatura. Pero Kappei tiene otra característica aun más… llamativa: su fetichismo por las bragas blancas.

No sé si hoy en día se hubiera podido emitir con tanta alegría el anime, porque este enano es un verdadero acosador que tan pronto levanta las faldas de las chicas como les mete mano. Y no digamos cuando en los primeros compases de sus aventuras baloncestísticas sufre una «inflamación de pito» y tenemos una enfermera encargada de darle friegas (ejem). Es decir, se trata de un manga tan loco y descocado que terminas cogiéndole cierto cariño a este pervertido de metro y medio porque, al final, se lleva más palos que otra cosa. Y se trata de eso, de un manga de humor que tiene como hilo conductor el baloncesto y como personajes una gran familia de impresentables deportistas que acaban formando piña. Y mientras tanto, todo puede pasar.

Historias picantes de cacaculopedopis que buscan sacarnos una sonrisa y que, como trasfondo, nos cuentan las limitaciones de un protagonista y como este lucha contra ellas, con esfuerzo y entrega y, siempre, con férrea determinación. Porque si rascamos entre tanta broma sexual y pasada de rosca, encontramos esa necesaria capacidad de superación que es, en realidad, el mensaje de la obra.

En las más de trescientas páginas de este primer volumen acompañamos a Kappei en sus primeros compases y dribblings, su toma de contacto con el equipo y los primeros partidos. Los compañeros, la sufrida entrenadora, los rivales… comienzan a perfilarse para evolucionar después más allá de lo que la gente vio en el anime, que no era sino esa sucesión de chistes. Por eso es tan válido reivindicar su versión original en papel, donde se puede apreciar y disfrutar su verdadera esencia.

Y se puede disfrutar gracias al arte de ese mangaka que es Noboru Rokuda, al que le vino el éxito gracias a esta obra en la que se volcó con tan solo 27 años, serializada en la revista Shonen Sunday y en la que se entregó en cuerpo y alma, literalmente, durante 4 años. El estilo de dibujo empleado es similar a otros productos de su época, de finales de los ’70 y principios de los ’80, con personajes muy caricaturizados y claramente diferenciados en su estética… uno excesivamente grande, otro con un peinado peculiar, etc. Se recurre a la hipérbole visual para enfatizar momentos, sobre todo humorísticos, aumentando expresiones y gestos. Ya sabéis, cabezas grandes y colmillos para los enfadados, ojos en forma de corazón para los enamorados, etc. Llegando esto al extremo en la propia representación del protagonista: Kappei aumenta y encoge de tamaño según le conviene al autor. Tan pronto se representa como un adolescente normal, como en la viñeta siguiente aparece como un enano cabezón que no levanta dos palmos del suelo. Y todo el esfuerzo artístico se vuelca en el sentido desenfadado y humorístico de la serie, con escenas rápidas y fáciles de seguir.

Si ponemos atención en los fondos podremos apreciar otra característica común al manga: el increíble detalle puesto en ellos. Siempre nos chocará comprobar como unos personajes caricaturizados se desenvuelven en fondos que, en ocasiones, rozan el foto-realismo. Todos estos elementos indican que estamos ante un producto cuidado en su apartado artístico que, insistimos una vez más, pretende ir más allá del humor y la anécdota.

Dash Kappei es ya un clásico y era necesario poder disfrutarlo con estas calidades. Edición excepcional en todos los sentidos, con una traducción y unos acabados en rotulación dignos de mencionar. Así que ya sabéis, tenemos aquí un manga al que era difícil acceder hoy en día y que nos rescata uno de los personajes más locos del cómic japonés que es, pese a lo que muchos piensan, totalmente desconocido en nuestro país. Porque este no es Chicho Terremoto, es Kappei Sakamoto. Un puntazo.

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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