Crítica: «La Casa Slaughter 1», hay algo protegiendo a los niños

James Tynion IV y Werther Dell’edera comenzaron hace unos años la serie Hay algo matando niños en Boom! Studios. No sé si eran conscientes de lo que iban a conseguir… Primero su longevidad, pues a día de hoy sigue publicándose de manera regular y con una acogida siempre positiva entre los lectores… segundo por su trascendencia, ya que han negociado los derechos de explotación con Netflix y estos han dejado la elaboración de la serie en manos de Baran bo Odar y Jantje Friese, creadores de Dark y la cancelada 1899.

La serie ha ido creciendo y calando hasta el punto, aparte de lo mencionado, de necesitar un spin-off. Una serie paralela que amplíe y explore este universo oscuro y estos personajes tan profundos y carismáticos. Así llega La Casa Slaughter, con un primer volumen publicado por Planeta Cómic que recoge el primer arco argumental de 5 números.

Si en la serie «madre» seguimos a Erica, la mejor del gremio en esto de cazar monstruos, en este spin-off exploramos el mundo de Aaron, secundario de lujo que merece por méritos propios ser protagonista. Echamos una mirada al pasado de Aaron, a su ingreso en la casa Slaughter y a su relación con otro nuevo recluta. Los sucesos del pasado llegarán hasta el presente y marcarán a nuestro personaje.

Si bien sigue siendo un cómic de terror visceral, en esta serie los autores se permiten recrearse en otros elementos y nos cuentan una tierna historia de amor ensombrecida por el entorno que les toca vivir a sus protagonistas. No tiene la verticalidad de la serie original y, posiblemente, sea más suave… pero en compensación logra involucrarnos más con los personajes, acercarnos a ellos y explicarnos sus cómos y porqués.

Romanticismo y terror no suelen ser una mezcla acertada, pero Tynion y Dell’edera se manejan bien en la obra y tienen tiempo para todo. Romance, sangre, traiciones, ternura, violencia, más romance… en cinco números que se devoran sin darse uno cuenta y que nos acercan más a ese peculiar y retorcido mundo de los cazadores de monstruos.

Tanto literaria como visualmente estamos ante un producto igual que Hay algo matando niños. Ni siquiera han prescindido de su peculiar composición a doble página que sigue pillándonos por sorpresa. Aparte de esa curiosidad, el tono brusco y roto del artista italiano está ya asociado de manera indivisible a este oscuro universo y su trazo, sus tintas y sus monstruos acechantes en la oscuridad son marca de la casa.

Como no podía ser de otra manera, Planeta Cómic respeta la edición de la serie «madre» y también publica esta con el mismo formato, recopilando en tomos cartoné los arcos argumentales y, eso sí, diferenciandola con una tipografía distinta en el título.

La Casa Slaughter aumenta y enriquece esta nueva franquicia que no hace más que crecer y todavía lo hará más gracias a la serie de TV que se avecina. Eso sí, el carisma de Erica, pese a ser muy grande, corre peligro con la llegada de Aaron como nuevo protagonista.

Cómic muy recomendable a todos los niveles e imprescindible para los amantes de la serie.