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Crítica: «X-Ray Robot», los Allred a la vez en todas partes

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Los Allred se suman a la moda del multiverso y nos ofrecen su visión/versión con el encanto y el oficio acostumbrado.

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Esta miniserie de cuatro números fue publicada por Dark Horse, por primera vez, en 2020. Lanzo esto al principio por los evidentes parecidos que tiene con muchas de las últimas superproducciones de éxito, así queda claro qué va primero.

Michael y Laura Allred tienen un nombre dentro del mundo del cómic y basta un fugaz vistazo a cualquier obra suya para reconocer al momento su estilo característico. Él, con figuras y retratos suaves que recuerdan a la más pura línea-clara europea y ella, apoyando con su vistoso gusto policromático cada página y cada viñeta. Forman una pareja de artistas ya indisoluble y con muchas obras a sus espaldas. Su gusto por la ciencia-ficción es evidente y su manera de diseñar personajes de la nada, absolutamente desconcertante. Desde Mad Man (que también está publicando Planeta Cómic) a la más moderna recreación de los X-Stactix de Marvel, de su versión de David Bowie a su maravillosa saga con Silver Surfer… cada creación y trabajo de la pareja de autores es psicodélica, imaginativa, brillante y única.

Y luego está este X-Ray Robot, que adelanta por la izquierda (y por la derecha y por arriba y por abajo) a todas sus anteriores obras en cuanto a rebuscada fantasía científica. Incluso me veo en problemas para intentar explicar un poco de qué va… Max es el científico protagonista que, junto a su equipo, está a punto de probar una máquina que puede viajar entre realidades y saltar en el tiempo. Al límite del presupuesto empleado, deben acelerar las pruebas y arriesgarse con lo que tienen. Como era de esperar algo sale mal y Max desaparecerá y reaparecerá… algo cambiado. Ese robot al que alude el título es el propio Max, que regresa de un futuro lejano para advertir que, si no ponen remedio, el experimento destruirá todas las realidades, el multiverso al completo.

Será entonces cuando comience la aventura y tanto Max como su equipo de científicos (con algunas simpáticas alusiones a genios del manga) se dividan para visitar diferentes realidades y evitar que el ser conocido como el Nihilista acabe con todo. Se desata la locura y nos veremos arrastrados, como lectores, a una sucesión de viajes multiversales llenos de sorpresas.

Hasta aquí llegaremos con el argumento. Sí adelantamos que la serie es autoconclusiva y cierra en el cuarto episodio, aunque deja una puerta abierta por si los autores se ven con fuerzas y ganas de volver.

Porque elaborar esta obra debe haber sido al mismo tiempo una diversión y una pesadilla. Dibujar a los mismos personajes pero de mundos distintos y afinar en pequeños detalles para marcar una sutil diferencia… elaborar ese paso entre dimensiones con escenarios de LSD y colores de difícil combinación… o explicar de manera mínimamente entendible lo que pasa a cada momento… todo ello tareas para nada fáciles y que obligan a los autores a esforzarse más allá del 100%. Y aun así, en ocasiones, se torna una lectura desconcertante, solo salvada por la gracia y estilo del dibujo de Michael Allred.

Porque en el apartado visual es lo que se espera y lo que todos los seguidores de este equipo creativo queremos ver. Por desgracia, los menos condescendientes y entregados a su estilo pueden quedar un tanto decepcionados, sobre todo porque a estas alturas es un argumento muy manido. Aquí es cuando hay que tener en cuenta que esta obra se lanzó antes que éxitos recientes del cine, pero llega ahora a nosotros.

Planeta Cómic la publica en un tomo excelente de tapa dura, cartoné, que recopila los cuatro números originales que componen la obra con una traducción excelente (y para nada fácil) además de contener portadas e ilustraciones y, algo muy interesante, una galería de dibujos 3D. Pero de esos que no necesitas gafas ni elementos externos para poder apreciar las tres dimensiones. Solo necesitas, eso sí, un poco de paciencia. Con tiempo y empeño, fijándote muy bien conforme dictan las instrucciones del cómic, terminas viendo una imagen 3D donde antes solo habían rayas y figuras vagas de los personajes.

Una curiosidad que se añade a esta edición y que le aporta un llamativo aliciente. Estas ilustraciones son obra de autores como Chris Samnee, Greg Smallwood, Tradd Moore y nuestro David Rubín.

En definitiva, una obra interesante aunque demasiado intensa y que llega un poco tarde para impactar como debería… pero que tiene suficientes elementos que justifican su compra y la hacen disfrutable.

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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