Crítica: «Rick Grimes 2000», más allá de Walking Dead

Skybound X era una serie que recopilaba historias cortas de las producciones y series aparecidas bajo este sello (Skybound). No eran canon ni seguían una continuidad con las colecciones madre, pero servían para refrescarlas y lanzar una mirada diferente y divertida a cada una de ellas. En el caso de The Walking Dead (Los Muertos Vivientes), Kirkman nos ofrecía una estrafalaria y carnavalesca visión alternativa de su conocido apocalipsis zombi. ECC Ediciones publica en un tomo de 64 páginas esta frivolité del señor Kirkman que, sin aportar nada al continuo de la serie, consigue divertir al tiempo que emocionar.

Rick Grimes despierta en un hospital, igualito a como lo hace al principio de la serie original… pero con la diferencia de que está en el futuro (o en un universo paralelo, no me queda claro). En ese mundo la Humanidad está diezmada no solo por los zombis que asolan con su hambre voraz a los vivos, sino por la llegada de unos alienígenas, verdaderos causantes de la plaga zombi.

Llegados de otro planeta, están aquí para esquilmar nuestros recursos hídricos y no se les ocurre mejor forma que exterminarnos de la manera más estrambótica posible. Pero no contaban con ese grupo de resistentes que ya conocemos (Michonne, Tyresse, Andrea, Eugene, Rosita, el propio Rick…) que, además, están reforzados por la tecnología que han conseguido robarles a los extraterrestres.

Y así asistimos, durante las 64 páginas, a un festival de acción y aventura en el que lo menos importante es la coherencia y lo esencial es la diversión. Los guiños y homenajes se suceden viñeta a viñeta, desde Star Wars a Spider-man, pocos iconos populares quedan fuera y nos sorprendemos descubriéndolos, como un aliciente más de este tomo.

Añade a esto el componente nostálgico. La aparición de personajes muertos en las serie original hará emocionarse a los fans de Los Muertos Vivientes. Pero tampoco vale encariñarse mucho, porque el índice de mortandad en este Rick Grames 2000 también es elevado.

Si la pregunta que os hacéis es si vale la pena coleccionarlo, pues la respuesta debe dársela cada uno… teniendo en cuenta que se trata de una obra paralela y no vinculante, concebida solamente como divertimento y, eso sí, a cargo del creador de la serie. En absoluto necesaria para completar el «universo» Walking Dead, pero que resulta encantadora como una isla u oasis en tan dramática y tremenda serie.

Ryan Ottley se encarga del dibujo, desenfadado y con aire noventero. Le sienta de fábula al experimento que se aprovecha, también, de esa rareza en la serie como es el color. Por tanto, visualmente se desvincula de la serie de origen pero cumple con los cánones de espectacularidad y diversión que requería la obra.

Son 64 páginas que se pasan volando y que nos hacen disfrutar entre sonrisas de complicidad y momentos de emoción. Los ajenos a la serie puede ser que lo reciban con una ceja enarcada, pero si echáis de menos esa maravilla que fue Los Muertos Vivientes… posiblemente la disfrutaréis y encontraréis ese puntito cómplice y gamberro que Robert Kirkman le impregna y con el que nos lanza un amistoso y cariñoso guiño.