Crítica: «Shadowman (2018) 1 y 2», el regreso de la Sombra

Ya tenemos aquí los primeros números de la nueva serie de Shadowman, uno de los personajes más carismáticos del Universo Valiant al que se le echaba de menos en la actual andadura. Este mismo año se anunciaba el relanzamiento del personaje a cargo de Andy Diggle y Stephen Segovia, con diseños de Gregg Smallwood... y aquí lo tenemos. Medusa Cómics incluye entre sus novedades de Septiembre los dos primeros números, las dos primeras grapas de esta nueva serie.

Para empezar, los autores han respetado la continuidad del personaje, retomando a Jack Boniface como Shadowman y cuyas aventuras en su etapa previa podemos leer también editadas por esta casa (en dos volúmenes de lujo, tenéis la reseña del primer tomo en este enlace.) Pero Jack Boniface quedaba atrapado en la Zona Muerta y nada de él se ha sabido desde entonces, desde aquel 2014, año que dejaba de publicarse. Alyssa Miles, la única que queda de Los Colaboradores (el grupo que defiende nuestro mundo ante el ataque de la Zona Muerta) se enfrenta ahora en solitario a las fuerzas sobrenaturales que llegan desde allí… Shadowman/Jack Boniface no ha regresado de ese otro lado y Dax murió en combate… Alyssa caerá en una emboscada que le obliga a usar sus poderes y conocimientos mágicos al extremo y con ello conseguirá un sorprendente resultado: hacer regresar a Jack/Shadowman de la Zona Muerta.

Con esto nos encontramos en los dos primeros números, una puesta al día de lo que ha sucedido durante su ausencia… lo que demuestra que la incursión de entidades malvadas está en plena ebullición. Antiguos y nuevos enemigos harán acto de presencia para perpetuar la amenaza eterna que se cierne sobre nosotros, entre pantanos y acólitos, entre vudú y fanatismo. Mucha acción y una ambientación excelente para los primeros compases de esta nueva serie que aprovecha personajes ya conocidos para no comenzar desde cero y apoyarse en una base que le ofrece la ventaja de una mitología propia y unos personajes ya madurados. Esto no es inconveniente para la recepción de nuevos lectores, ya que las explicaciones básicas son suficientes para poder enganchar a quién se acerque por primera vez al personaje. La amenaza del Barón Samedi es contundente y se mantiene entre la bruma del misterio, dándole una importancia creciente cuando comprendemos que su influencia y que su presencia es palpable… incluso sin llegar a aparecer en escena. Jack Boniface está desorientado por el tiempo que ha pasado fuera y, el conflicto que mantiene sobre la responsabilidad (y el precio a pagar) por ser Shadowman, también es evidente.

Andy Diggle sabe permanecer invariable con unos personajes que funcionan. No los cambia absolutamente, solo los adapta a las nuevas circunstancias que sobrevienen por el inevitable paso del tiempo. Los que conocemos la etapa anterior reconocemos la fuerza y la contundencia de la serie y podemos notar, ya en estos dos números iniciales, como se deja más espacio al desarrollo de los personajes y las líneas de guión son más generosas que en la etapa de Peter Milligan, la anterior. Por su parte, Stephen Segovia sabe trasmitir el ambiente sureño, pantanoso y folklórico de la zona sin perderse en excesos ni frivolidades. Elementos del entorno y componentes de la religión del lugar (vudú) permanecen siempre presentes en el cómic, más incluso que en otras etapas. Llegamos incluso a ver loas o espíritus, rituales, magia, objetos de poder… en ese aspecto los autores han tenido especial cuidado en no perder la esencia que distingue la serie. Bien por ellos.

El dibujo de personajes y la secuencia de las escenas es otro aspecto que consigue mantener el difícil equilibrio de no romper con la etapa anterior pero, a la vez, dar algo más. Es decir, se trata de un cómic dinámico y divertido también en lo visual, que combina la recreación de escenarios exóticos, escenas de diálogo bien dibujadas y peleas espectaculares y poderosos sin evitar la aparición de enormes seres monstruosos, con los que consigue construir combates titánicos, gracias al arte de Segovia. El elemento sobrenatural también es importante, a ello contribuyen todos los detalles que antes mencionaba, ligados a la religión vudú, y también con la aparición de seres sobrenaturales de corte más terrorífico y una inevitable sensación de presión… la influencia del Barón Samedi desde la Zona Muerta es tan fuerte que llega a manipular a cualquiera, algo que puede volver paranóicos a nuestros personajes, que no saben en quien pueden confiar… y que a nosotros nos contagia la sensación constante de inquietud.

Concluyendo, podemos decir que la nueva serie de Shadowman comienza de forma inmejorable, superando incluso las versiones anteriores del personaje y corrigiendo todos aquellos posibles problemas o carencias que antiguamente se le achacaban. El regreso de Shadowman desde la Zona Muerta es digno de celebrarse… si no fuera por la cantidad de seres demoníacos que llegan tras él!

• Shadowman núms. 1 y 2. Medusa Cómics. Valiant.
• grapa. 32 pp. color. 2,95 € c/u