Críticas de cómics

Crítica: “ All- Star Batman nº 1: Yo, mi enemigo”. Hard Rider.

Resumen de la Crítica

General
Guion
Dibujo
Personajes
Historia
Edición

“Están hartos de actuar como si estuvieran en público, y no como son en realidad...quieren ser ellos mismos, ser malos”

Una historia dura y directa a toda velocidad y otra más intelectual con buenos momentos grafico-narrativos.

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El concepto de cacería humana es el territorio explorado por Scott Snyder en el arranque de su nueva colección de Batman. Cedido el primer puesto a Tom King, la segunda cabecera del personaje va al grano desde el primer momento creando una unidad de acción muy básica sin ningún tipo de pretensión intelectual e histórica para el protagonista. Eso no significa que Snyder se olvide de sembrar sus semillitas de retrocontinuidad y sus giros en la mitología pero son cuestiones muy secundarias en la narración. Sí es verdad que está atinado en la protección del alter ego de Bruce Wayne, sobre todo al colocarlo en el contexto jurídico de la carga de la prueba. Surge como una anécdota pero da mucha coherencia a algo que ha rondado por la cabeza tanto de lectores como autores pero que nunca ha sido explicitado. Lo aludido sobre la retrocontinuidad analiza la relación infantil de Wayne y Harvey Dent, mucho más gratuito y perezoso a efectos sorpresivos.

Entrando ya en la historia principal de hoy, una vez dejadas al margen estas consideraciones, más relevantes en lo editorial que en el contenido propio que nos ocupa, el autor nos invita a una historia tan palomitera cómo ruidosa. Nos embauca en una road movie a toda velocidad en la que Batman y Dos Caras homenajean esos títulos donde poli y criminal comparten destino perseguidos por todo tipo de gente recorriendo cientos de kilómetros y esquivando una gran colección de villanos de mayor y menor categoría con grandes diseños visuales. A pesar de la simpleza del relato, consigue transmitir mucha emoción gracias a las numerosas secuencias de acción y piruetas argumentales locas y molonas. No obstante, si bien la idea es potente, creo que Snyder abusa del texto cuándo solo ya el argumento da entender que tampoco hace falta mucha densidad en las motivaciones de las principales amenazas, sino que con una gran número de onomatopeyas y unas recomendaciones musicales para experimentar más allá de la simple lectura, hubiera sido suficiente para conseguir el mismo disfrute. En fin, es mi apreciación.

Una vez explicada en la primera grapa de que va el asunto, John Romita Jr. está en la parte gráfica más inspirado que en otras ocasiones de los últimos años recordando en algunos momentos al gran dibujante que nos alucinó a partir de los 80 hasta los 10. Creo que para la premisa del encargo podría funcionar mejor un autor tipo Marcos Martín pero como al final todo lo que tiene que ver con la persecución tiene connotaciones laterales más sesudas puesto que Snyder se enroca en dar al tema un innecesario énfasis psicológico, Romita sí puede ser una buena opción para ser utilizado en narraciones dónde hay mucho flasback y mucha descompresión narrativa. De todas formas con la cantidad de personajes que transitan por las páginas se necesita un diseñador con mucho peso y trayectoria para redondear a nivel visual la potencia de todos ellos, y nuestro dibujante consigue dar la fuerza necesaria para que esto tenga empaque.

Como historia secundaria está “La Rueda Maldita” introducida como complemento en las grapas que componen el volumen, escrita también por Snyder. Si sobre la serie coetánea a esta destaqué que en solo seis grapas nos encontrábamos al dibujo con tres pesos pesados como son Mikel Janín, Iván Reis y David Finch, vamos a sumar al citado John Romita Jr. al gran Declan Shalvey. Es decir, cinco números uno del dibujo para sólo dos colecciones de un mismo protagonista. Tremendo. Este grandísimo dibujante se encarga de esta historia corta, muchísima menos ambiciosa que la principal pero con mucha más pegada emotiva. Shalvey goza de plena libertad y desarrolla una serie de ideas narrativas muy potentes junto con la secuencia clásica más característica, sin olvidar el sentido de movimiento tan importante que produce en sus inspiradas viñetas horizontales. El protagonismo lo tiene Duke Thomas, el nuevo protegido de Wayne salido de su etapa de Nuevos 52, dónde continúa asistiendo a sus clases maestras en uno de los ámbitos más carismáticos de bats, el del rol detectivesco. El plan del villano planteado en esta pequeña historia es de gran impacto, tanto a nivel intelecual como artístico, muy próximo al género de los psicokillers (prefiero no mencionar ni villano ni plan) dónde Thomas encontrará un auténtico reto para demostrar a Batman que está a la altura de su colaboración. Alternando la exploración psicológica de este personaje como aliado de Batman y como hijo traumatizado por los acontecimientos con su familia sufridos en la etapa Nuevos 52, sirve para encontrar una evolución creíble en paralelo a los acontecimientos importantes de Batman, donde este personaje es más secundario, justificando así que su aprendizaje y capacidad resolutiva en esos otros arcos argumentales puede estar explicado.

All- Star Batman nº 1-5, DC Comics. All-Star Batman nº 1: Yo, mi peor enemigo, ECC Ediciones. Cartoné. Color. 192 pags. Pvp: 19,50 €.

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